martes, 8 de junio de 2010

No leer

Leer es malo. Nada bueno viene después de tomar un libro de ficción, mucho menos si eres mujer. Como hombre, debes vigilar lo que tu vieja lee. Como maestro, es tu deber inculcar que la lectura sea sólo de libros técnicos ya que muy probablemente sean de tu autoría y te representarán un gran ingreso futuro. Como padre, es más fácil poner el escuincle al televisor y ahorrarte un adolescente cuestionador.

Irónicamente, utilizo este medio para advertir los peligros de tan abominable actividad.
  1. No ganas dinero leyendo ficción. ¿En qué ayuda eso a tu carrera profesional?
  2. Las mujeres que leen piensan cosas raras que las alejan de la reproducción humana.
  3. Los libros son amantes de ocasión y desmemoriados. Te acompañan un momento, se meten en tu pensamiento y cuando te estás enculando, se acaban. ¿Quién quiere sufrir?
  4. Puedes convertirte en un paria social. Tu madre comenzará a presentarte como Mi hijo, el que lee (a diferencia de tu hermano, el arquitecto) o te señalarán por en la calle junto al bulto que cargas en la espalda.
  5. Además de ser señalado, no podrás integrarte funcionalmente a la sociedad. ¿Cómo piensas convivir sin hablar del caso “Paulette”? ¿En realidad crees que alguien quiere escuchar tu teoría sobre “El joven aquel” de Garibay?
  6. Te volverás orgulloso e insoportable. Un día te descubrirás citando libros o autores y la gente te odiará.
  7. No hay moral en los libros. Lo mismo matan, engañan, roban, devoran, violan…
  8. En sus páginas encontrarás historias de lugares, gente y épocas que nunca podrás vivir, lo que te provocará gran frustración.
  9. Te vuelves cómplice del autor y resulta que, o estaba exagerando o esta muerto.
  10. Leer te mete ideas. Renuncias a tu trabajo y quieres dedicarte “a escribir”
Esta es una misión de no-promoción a la lectura no terminará con este decálogo.

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